Cuando abrimos el grifo o compramos una botella de agua, solemos pensar que estamos consumiendo algo limpio y seguro. Sin embargo, el agua que bebemos, ya sea del grifo o embotellada, puede contener una variedad de contaminantes que afectan nuestra salud a largo plazo. Desde metales pesados hasta microplásticos, el agua que parece cristalina a simple vista puede esconder más de lo que imaginas. Aquí te contamos qué puede estar flotando en tu vaso y por qué deberías preocuparte.
Contaminantes en el agua del grifo
El agua potable pasa por procesos de tratamiento para eliminar impurezas, pero no siempre es perfecta. Estos son algunos de los contaminantes más comunes que podrías encontrar:
1. Cloro
El cloro se utiliza como desinfectante en el tratamiento del agua para eliminar bacterias y virus. Aunque es efectivo, su presencia puede generar subproductos llamados trihalometanos, que están relacionados con problemas de salud como cáncer o daño hepático si se consumen en exceso durante mucho tiempo.
2. Metales pesados
Plomo: Puede provenir de tuberías antiguas. Es altamente tóxico y afecta el desarrollo neurológico, especialmente en niños.
Mercurio: A menudo se filtra al agua debido a actividades industriales. Este metal daña el sistema nervioso y los riñones.
Arsénico: Un contaminante natural en algunas regiones que está relacionado con enfermedades como cáncer de piel y problemas cardiovasculares.
Cadmio: Suele aparecer por la contaminación industrial y agrícola, y puede dañar los riñones a largo plazo.
3. Nitratos y nitritos
Estas sustancias se filtran en el agua potable desde fertilizantes agrícolas. En el cuerpo, los nitratos pueden convertirse en nitritos, que afectan la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, especialmente en bebés, causando el «síndrome del bebé azul».
4. Flúor
Aunque el flúor se añade al agua en muchos países para prevenir caries, en niveles altos puede causar fluorosis dental (manchas en los dientes) o incluso daño óseo.
5. Microorganismos
Aunque los sistemas de tratamiento eliminan la mayoría de las bacterias, virus y parásitos, el agua del grifo aún puede contener microorganismos si hay fallos en el sistema. Patógenos como Giardia, E. coli y Cryptosporidium pueden provocar enfermedades graves.
6. Productos químicos industriales y farmacéuticos
Residuos industriales como compuestos orgánicos volátiles (COV) o productos farmacéuticos descartados pueden terminar en el agua potable. Estos contaminantes incluyen pesticidas, herbicidas y antibióticos, que afectan el sistema endocrino y la salud en general.